Doña Glyde
(Canción)
Versión de Numa Moraes:
Hoy llegó hasta mí,
con sus ojos tan grises y gastados, doña Glyde;
me dejó lo de siempre,
cuando quedaba triste:
su sonrisa, doña Glyde.
Y volví por un instante
a la sala con retratos,
a la suave veladora de su mano.
Quédese, porque aún
la pesadilla dura
y yo no sé, no supe nunca.
Vuélvame todo luz
con sus ojos tan grises y gastados, doña Glyde.
Y volví por un instante
a la sala con retratos,
a la suave veladora de su mano.
Y volví por un instante
a la sala con retratos,
a la suave veladora de su mano,
doña Glyde, doña Glyde...
Versión de Alfredo Zitarrosa:
Hoy llegó hasta mí,
con sus ojos tan grises y gastados, doña Glyde;
me dejó lo de siempre,
cuando quedaba triste:
su sonrisa, doña Glyde.
Y volví por un instante
a la sala con retratos,
a la suave veladora de su mano.
Quédese, porque aún
la pesadilla dura
y yo no sé, no supe nunca.
Vuélvame todo luz
con sus ojos tan grises y gastados, doña Glyde.
Hoy llegó hasta mí,
con sus ojos tan grises y gastados, doña Glyde;
me dejó lo de siempre,
cuando quedaba triste:
su sonrisa, doña Glyde.
Y volví por un instante
a la sala con retratos,
a la suave veladora de su mano.
Quédese, porque aún
la pesadilla dura
y yo no sé, no supe nunca.
Vuélvame todo luz
con sus ojos tan grises y gastados, doña Glyde.
Hoy llegó hasta mí,
con sus ojos tan grises y gastados, doña Glyde;
doña Glyde, doña Glyde…