En blanco y negro
(Milonga)
Tuve tropilla de un pelo
yo también como el mejor,
tropilla de pelo oscuro*
mesmito como el dolor,
oscura como mis penas,**
oscura como mi suerte,
en el pago la llamaban
"La tropilla de la muerte".
Cuatro pingos todos negros,
justo como pa' un entierro,
cuatro pingos todos negros
como pa' cinchar un muerto.
Mas todos en su negrura
tenían su cinta clara,
como una estrella en la noche,
como el lucero en el alba.***
Uno tenía el pico blanco,
otro las manos vendadas,
otro una estrella en la frente
como manchado de esperanza,****
otro tenía un lunarejo
mesmo en el medio del anca,
como llevando pa' siempre
enancada una luz mala.
Vos, china, sos negra de alma,
negra como mis caballos,
bien oscurita por dentro
y con el cuerpo bien blanco.
Blanco tu cuerpo y oscura
como mis pingos tu alma,
¡parecés de mi tropìlla!,*****
perdoná la comparancia.
* Alfredo Zitarrosa, en todos los casos, dice escuro y escura por oscuro y oscura.
** Alfredo Zitarrosa dice "escura como tu alma".
*** Alfredo Zitarrosa dice "Mas tuitos en su negrura / tenían su pinta clara, / como una estrella en la noche, / como un lucero en el alba".
**** Alfredo Zitarrosa dice "como mancha'o de esperanza".
***** Alfredo Zitarrosa "¡ parecís de mi tropìlla!".
Versión de Alfredo Zitarrosa con Pepe Guerra:
Tuve tropilla de un pelo
yo también como el mejor,
tropilla de pelo oscuro
lo mesmito que el dolor,
escura como tu alma,
escura como mi suerte,
en el pago la llamaban
"La tropilla de la muerte".
Cuatro pingos todos negros,
justo como pa' un entierro,
cuatro pingos todos negros
como pa' cinchar un muerto.
Mas tuitos en su negrura
tenían su cinta clara,
como una estrella en la noche,
como un lucero en el alba.
Uno tenía el pico blanco,
otro las manos vendadas,
otro un lucero en el anca
como mancha'o de esperanza,
otro tenía un lunarejo
mesmo en el medio del anca,
como llevando pa' siempre
enancada una luz mala.
Vos, china, sos negra de alma,
negra como mis caballos,
tan oscurita por dentro
y con el cuerpo bien blanco.
Blanco tu cuerpo y escura
como mis pingos tu alma,
¡parecés de mi tropìlla!,
perdoná la comparancia.