Sierpe

Diijoma un gran Cacique, ávido y sin precaución
El camino de la boa, impreciso transitó
Impotente quedó al ver una cría serpenteante
Vestigio de su espíritu que de su frente resbaló

Su descuido en custodia alimentado
De la tierra su sustento, del arte elaborado

A su propia hija encarga su cuidado
Acuosa boa crece, de igual forma su legado

Almidón no la saciaba, devoró a quien la crió
Al reptil subestimaba, impotente persistió
Almidón no la saciaba, devoró a quiеn la crió
Al reptil subestimaba, impotentе persistió

Al verse humillado y tras rituales enfrentado
Cegado por la furia decidió así ser devorado
Sufrimiento insoportable en su espíritu infringe
En rajar el grueso vientre de la víbora él persiste

Recorriendo el territorio, por furiosos ríos y mares
Impotente y obstinado, recupera los collares

Tras incontable sufrir, a su origen arribó
A la boa, parte de su espíritu aniquiló
Tras incontable sufrir, a su origen arribó
A la boa, parte de su espíritu aniquiló

En un vicio, en venganza, el destino se abalanza
Condenado el espíritu al querer ser otro ser
Alejado de su tribu, del natural proceder

Muchos cambios surgieron y así mismo represalias
Tras pasar demasiado tiempo y llegar desconocido

Con su hija recobra fuerzas y se da por enterado
Que su infiel mujer con gente de otra tribu se ha juntado

El ritual de venganza ha comenzado
Tras su ser en forma de águila haber mutado
Su apetito no acabó al aquella tribu aniquilar
Muchas gentes sufrieron su cruel delirar

Su comunidad tendió una trampa y su vida terminó
Sus restos retornaron a su origen, a su pueblo la unidad

En un vicio, en venganza, el destino se abalanza
Condenado el espíritu al querer ser otro ser
Alejado de su tribu, del natural proceder