El vals del caimán
Es el vals del caimán.
La, la, la, la, jummm.
Es el vals del caimán.
La, la, la, la, jummm.
Llegan de dos en dos
y prometen no pelearse.
Giran, giran, giran, sí,
tratando de no morderse.
Cola, cola, nariz, nariz,
Bailan juntos siempre así.
Al vaivén de la noche,
ellos se van balanceando.
Y a la luz de la luna,
los verás bailar un tango.
Suavemente y siempre así,
susurran cosas y dicen “sí”.
Es el vals del caimán,
un baile importante,
moños, lazos y tacón,
y trajes elegantes.
Son expertos bailadores.
Ellos sí son los mejores.
Para el vals del caimán,
Σ tienes que ser invitado.
Y a ninguno hallarás
que no vaya acompañado.
Y si oyes la rumba tocar
sabrás que todos van a bailar.
Es el vals del caimán.
La, la, la, la, jummm.
Es el vals del caimán
lo que escuchas tarareando en la noche.
Es el vals del caimán.
A que no sabías que los caimanes tararean.
¡A que no!