Desde el centro de un huracán
La copa de los lamentos se te ha gastado ya.
La última lágrima vuela en silencio, ya no te quedan más.
Ni aquel imbécil que dijo "querer es poder",
ni verte ahí tan tirado.
Mover el culo es difícil cuando la impotencia te atrapa,
aunque también
la rabia quema en el cuerpo, agrieta los muros,
aprieta el detonador.
La mala leche es sin duda un buen camino
a seguir. Es la hora.
Agarra a la suerte por la solapa,
salta al vacío, grita al silencio. (BIS)
Desde el centro de un huracán,
desde el centro de un huracán,
desde el centro de este huracán
grita por ti.