Gané
Los mismos que decían que era imposible, cuando lo consigas dirán que tuviste suerte simplemente. Luego que es que no era tan difícil y finalmente que cualquiera hubiera hecho algo tan simple. Pero la verdad aunque la olviden, es que ellos nunca lo hicieron, es que ellos decían que era imposible. Y ahí estás oyendo lo que dicen, pobres infelices, que sigan hablando, yo lo hice. Esta va por los que cuando se tuerce, persisten; por los que lo intentan todo antes de rendirse. Va por ti, valiente, porque tú sí comprendiste, que suele tener recompensa el mantenerse firme. Te enfrentaste a su desconfianza y la venciste, que nadie se atreva a medirte, si no está a tu altura. En la duda, y en las duras te propusiste que esa era la tuya y lo hiciste.
Por eso si me hablé sinceramente: ¡Gané!
Si al menos lo intenté sin detenerme: ¡Gané!
Si supe que tenía cada respuesta en mi mente en vez de echarle la culpa a otra gente: ¡Gané!
Por eso si avancé tranquilamente: ¡Gané!
Si pude caminar contra corriente: ¡Gané!
Si supe que veía mi oportunidad en frente en vez de lamentarme de mi suerte.
Nada es más real que un hecho... Punto. La teoría es un campo de expertos en hablar mucho. Todos creen que sabrían cómo hacerlo, y yo me pregunto ¿Entonces por qué hay tan pocos que lo hayan hecho? “Haz más, habla menos” ese es mi credo; me centro en lo que quiero y al charlatán no le escucho. Tengo una teoría con los consejos, si vienen de alguien que haya hecho mucho me los quedo, si no, al pedo. Haz lo que creas que debes, los palos vienen igualmente, mejor que te lleguen donde tú quieres. Normalmente hay que fallar mil veces, la mil uno, esa es la que te hace diferente. El triunfo no es una cuestión de suerte, eso es lo que dicen los vagos para negar que lo mereces. Tu límite está donde tú lo intentes y no llegues, no donde un frustrado señale que no se puede.
Por eso si me hablé sinceramente: ¡Gané!
Si al menos lo intenté sin detenerme: ¡Gané!
Si supe que tenía cada respuesta en mi mente en vez de echarle la culpa a otra gente: ¡Gané!
Por eso si avancé tranquilamente: ¡Gané!
Si pude caminar contra corriente: ¡Gané!
Si supe que veía mi oportunidad en frente en vez de lamentarme de mi suerte.