Los 30
Hoy qué tengo ya los 30 años
y no me dejan llorar no es de extrañar, no es de extrañar
que llore tanto; mi alma no puede mostrar
lo que lleva dentro ella que, yo llevo dentro de mí
cabeza voladora, mi oscuro abrigo, delgados intestinos,
palabras que son amapolas llenan mi boca y me salen de los labios
como si las comprendierais, cómo si las comprendierais,
como si las comprendierais, como si las comprendierais,
como si las comprendierais; os gusta usar las palabras mal
para esconderos mal
hoy qué tengo ya los 30 años
y me llamáis y me llamáis el ahorcado qué más dará
sí mi vida ha terminado, si soy un bulto sospechoso.
soy un hombre acabado, soy un hombre, soy un hombre acabado que,
que acaba de empezar;
me fumo un cigarrillo, manejo el arma blanco de cuchillo
palabras que son pensamientos
superan tanto a vuestras malas invenciones.
Envenenado, envenenado, envenenado, contra las murmuraciones
la verdad se teje cada día de imaginación
falta sed de fantasía y sobran vuestras burdas y estúpidas mentiras
os gusta usar las palabras mal para esconderos mal