Mi Niña Imaginada
Mi niña siempre me despierta
con manitas frías y olor retozón,
me pregunta cosas indiscretas
con los ojos vivos y añoñada voz.
Y me cuenta que soñó con el sol y una cigarra,
y en la cuadra vio moldeados
los sonidos de un vapor,
y me abraza a la canción con melancólica brasa,
mientras sus cabellos trazan un nudo sobre mi voz.
Mi niña quiere levantarme
atrapándome con los zapatos que escondió,
quiere ver si el gato tiene crestas
o si en mi cartera quedó algún bombón.
Y me arrastra hasta creer su juguete imaginado
y en su libro más amado sus colores sin pincel
y junto a su beso en flor, se despierta otra jornada,
y mi niña imaginada me despide desde el sol.