Rompimos la maceta

Dulce y sumisa
tu media naranja;
tú me complementas,
yo no soy nada sin ti.
La Bella y la Bestia
o la Cenicienta
sacrificando
todo por ti.
Bien educada
y muy refinada
esperando a que vengas
a por mí,
a que me asesores
y me condiciones,
reforzando
tu actitud viril.
Cuando te marchas
me pierdo y me ahogo;
no puedo seguir
si tú no estás aquí.
Sálvame siempre
que yo no puedo;
seré tuya
hasta morir.
Dejemos de creer
en los cuentos que oprimen;
prefiero a esas locas
que luchan por salir;
que cruzan aceras,
que viven de noche o solas,
o que tienen por amantes
a medio Madrid.
Esas que no refuerzan inseguridades
de machito Sansón
de Erick o de Aladín.
Esas que os destierran de sus relaciones,
que se enredan entre ellas,
que apuestan por subvertir.
Que tú no me salvas,
que yo lo hago sola
y si quiero ayuda
aprenderé a pedir.
Que la vida es historia
escribimos nosotras;
rompimos la maceta
pa´ okupar todo el jardín.