Narración de Ortiz Nuevo
Pero hay hombres, multitud de hombres, de criaturas heridas, de gentes en los pueblos y en los campos que quieren oír al poeta, y el poeta se aparta de sí mismo y se ampara ya en los otros. Él es pueblo, viento del pueblo al que ha de ir como un hijo que regresa hacia su sangre. La novia de Orihuela es de nuevo compañera. Madre de un futuro. Esposa del mañana. Y el verso es canción que se esparce como la mies y se unta de corazones. Es la guerra Miguel. Te buscan y lo sabes. Hacen falta muchos brazos, muchas manos, muchas lenguas unidas apara cavar trincheras contra ellos. Bandadas de aviones vuelan sobre nosotros. Metrallas buscando un corazón. Y es la hora. La hora de cantar en las trincheras, de lanzar los versos contra ellos.
Toneladas de hierro. Ríos de trenes con heridos y muertos apagados. La esposa lejana y el hijo que ha de venir en medio del dolor y de la sangre. Es la guerra, Josefina. La guerra, madre, la guerra